lunes, 11 de marzo de 2013

VISIÓN DEL DECANO DE CIENCIAS HUMANAS DE LA PROBLEMÁTICA DE LA UNAL

Para dejar de ser indiferente, comparto la visión del señor decano de ciencias humanas de la UNAL con la cual estoy en gran porcentaje de acuerdo.

Mauricio

A la comunidad de la Facultad de Ciencias Humanas Decanatura

Me permito presentar a la comunidad mi posición sobre la situación que atraviesa en estos momentos la Universidad.

En primer lugar, rechazo las vías de hecho como el mecanismo para hacer efectivo el derecho a una reivindicación salarial. El bloqueo del campus de la Sede Bogotá es abiertamente violatorio de los derechos que nos asisten a los demás miembros de la comunidad universitaria: el derecho a los servicios de salud, el derecho a la educación de los niños y jóvenes, de los estudiantes de pregrado y posgrado, y el derecho al trabajo que tenemos los profesores, los demás funcionarios de planta y los contratistas, incluyendo el personal administrativo y los profesores ocasionales.

La civilidad permite que se presenten las solicitudes de cualquier naturaleza a través de la palabra y no de las acciones violentas. El diálogo que conduce a la resolución de conflictos implica la confianza y el reconocimiento del otro, y la negociación demanda que haya tolerancia y realismo en los acuerdos, las exigencias y los compromisos.

Es importante que la comunidad se entere de que es especialmente crítica la situación de los trabajadores administrativos vinculados por órdenes de prestación de servicios, puesto que muchos de ellos no han podido adelantar con regularidad las labores de sus órdenes, ante lo cual se ha dado a conocer una directriz de nivel nacional que exige a los interventores o supervisores informar sobre los casos en los cuales no se estén cumpliendo los objetos contractuales y sea necesario suspender dichas órdenes. Estamos a la espera de la directriz frente a los profesores ocasionales, quienes tampoco han podido cumplir sus labores docentes, objeto contractual de su vinculación ¿A quién pueden acudir estos miembros del personal docente y de apoyo administrativo en caso del eventual no pago de honorarios por no haber podido acceder a los lugares donde realizan sus labores regularmente?

He sostenido y sigo sosteniendo que solamente en un campus abierto es posible convocar, dialogar y debatir sobre la situación actual de la Universidad. Hay temas urgentes que requieren que los miembros de la comunidad académica puedan reunirse: la discusión sobre la desfinanciación progresiva de la Universidad por la histórica falta de compromiso de los gobiernos nacionales de turno con la educación superior del País; la imposición de un esquema de universidad-empresa, que enmascara el deseo de que la Universidad se autofinancie; el manejo amañado por parte del Ministerio de Educación del concepto de autonomía universitaria, que desplaza por completo a la directivas de la Universidad la responsabilidad presupuestal que constitucionalmente recae en el Gobierno Nacional. Además, hay que señalar algunos temas internos que también requieren un campus abierto para su discusión, entre ellos, el debate sobre la propuesta del nuevo estatuto de personal docente y la regularización laboral del personal vinculado por órdenes de prestación de servicios.

Entre tanto, en calidad de directivo de la Universidad, seguiré informando a la comunidad sobre el desarrollo de las negociaciones por el canal institucionalmente establecido para este fin e invito, muy fraternalmente, a la representación profesoral de la Facultad y del Consejo Superior Universitario a que antes que acudir a la descalificación lábil de mi labor como Decano aproveche al máximo los canales institucionales habilitados para estar en contacto con sus representados y alcanzar propósitos constructivos para toda la comunidad en estos difíciles momentos que enfrentamos.

Un cordial saludo,

Dr. phil. SERGIO BOLAÑOS CUÉLLAR Decano Facultad de Ciencias Humanas

sábado, 9 de marzo de 2013

SALUD SEGÚN UNA EX MÉDICO

Entrevista realizada por Victor-M.Amela a Ghislaine Lanctot, ex médica y autora del libro "La mafia médica", en el que cuestiona el sistema médico actual.

Nací en Montreal (Canadá). Fui médico y hoy soy Ghislaine Lactot médico del alma. Me he divorciado dos veces y tengo cuatro hijos (de 37 a 28 años) y cuatro nietos. ¿Política? ¡Soberanía individual! Cree en ti: eres divino y lo has olvidado. La medicina actual fomenta la enfermedad, no la salud: lo denuncio en mi libro “La mafia médica”.

Estoy griposo, ¿qué me receta? –Nada. ¿Ni un poquito de Frenadol? -¿Para qué? ¿Para tapar síntomas? No. ¡Atienda a sus síntomas, escúchese! Y su alma le dará la receta.

Pero, ¿me meto en la cama o no? –Pregúnteselo usted mismo, y haga lo que crea que le conviene más. ¡Crea en usted!

¡A los virus les da igual lo que yo crea! –Ah, ya veo: elige usted el papel de víctima. Su actitud es: “He pillado una gripe. Soy víctima de un virus. ¡Necesito medicinas!”. Pues sí, como todos... –Pues allá usted... Mi actitud sería: “Me he regalado una gripe. ¡Soy la única responsable! Debo cuidarme un poco”. Y me metería en cama, reposaría, me relajaría, meditaría en cómo me he maltratado últimamente...

¿Se ha “regalado” una gripe, dice? –¡Sí! Tu enfermedad viene de ti, no viene de fuera. La enfermedad es un regalo que tú te haces para encontrarte contigo mismo.

Pero nadie desea una enfermedad... –Tu enfermedad refleja una desarmonía interior, en tu alma. Tu enfermedad es tu aliada, te señala que mires en tu alma, a ver qué te sucede. ¡Dale las gracias: te brinda la ocasión de hacer las paces contigo mismo!

Quizá sea más práctico una pastillita... –¿Hacer la guerra a la enfermedad? Eso propone la medicina actual, y las guerras matan, traen siempre muertes.

No me dirá ahora que la medicina mata... –¡Un tercio de las personas hospitalizadas lo son por efectos medicamentosos! En Estados Unidos, 700.000 personas mueren al año a causa de efectos secundarios de medicamentos y de tratamientos hospitalarios.

Morirían igual sin medicamentos, oiga. –No. No si cambiamos el enfoque: la medicina actual ha olvidado la salud, ¡es una medicina de enfermedad y de muerte! No es una medicina de salud y de vida. ¿Medicina de enfermedad? Acláremelo... –En la antigua China, un acupuntor era despedido si su paciente enfermaba. O sea, ¡el médico cuidaba de la salud! ¿Ve? Toda nuestra medicina es, pues, el fracaso total.

Prefiere medicinas alternativas, pues... –Respetan más el organismo que la medicina industrial, desde luego: homeopatía (¡será la medicina del siglo XXI!)acupuntura, fitoterapia, reflexoterapia, masoterapia...la práctica del yoga..la meditacion .. Son más baratas... y menos peligrosas.

Pero no te salvan de un cáncer. –¡Pregúntele eso a la medicina convencional! ¿Te salva ella de un cáncer?

Puede hacerlo, sí. –Lo que hará seguro es envenenarte con cócteles químicos, quemarte con radiaciones, mutilarte con extirpaciones... ¡Y, encima, cada día aparecen más cánceres! ¿Por qué? Porque la gente vive olvidando su alma (que es divina): la paz de tu alma será tu salud, porque tu cuerpo es el reflejo material de tu alma. Si te reencuentras con tu alma, si la pacificas..., ¡no habrá cáncer!

Palabras bonitas, pero si un hijo suyo tuviese un cáncer, ¿qué haría usted? –Alimentaría su fe en sí mismo: eso fortalece el sistema inmunitario, lo que aleja al cáncer. ¡El miedo es el peor enemigo! El miedo mina tus autodefensas. ¡Nada de miedo, nada de sumisión al cáncer! Tranquilidad, convicción, delicadeza, terapias suaves...

Perdone, pero lo más sensato es acudir a un oncólogo, a un médico especialista. –La medicina convencional debiera ser sólo un último recurso, y muy extremo... Y si tu alma está en paz, eso jamás te hará falta.

Bien, pues tengamos el alma pacificada... pero, por si acaso, pongámonos vacunas.

–¡Nó y mil veces nó! Las fabrican con células ováricas de hámster cancerizadas para multiplicarlas y cultivarlas en un suero de ternera estabilizado con aluminio (eso la de la hepatitis B, con su virus): ¿inyectaría usted eso a sus hijos?

Les he hecho inyectar ya varias... –Y yo a los míos: fui médico, y por entonces no sabía aún todo lo que hoy sé... ¡Pero hoy mis hijos no vacunan ya a sus hijos!

Yo creo que seguiré vacunándolos... –¿Por qué? La medicina actual mata moscas a martillazos: no siempre muere la mosca, pero siempre rompe la mesa de cristal. Son tantos los dañinos efectos secundarios...

¿Por qué abominó usted de la medicina? –Yo me hice médico para ayudar. Me dediqué a la flebología, a las varices. Llegué a tener varias clínicas. Pero fui dándome cuenta del poder mafioso de la industria médica, que atenta contra nuestra salud, ¡que vive a costa de que estemos enfermos! Lo denuncié... y me echaron del Colegio de Médicos.

O sea, ya no puede usted recetar... –¡Mejor! Los medicamentos están fabricados pensando en la lógica industrial del máximo beneficio económico, y no pensando en nuestra salud. Al revés: si estamos enfermos, ¡la mafia médica sigue ganando dinero!

¿Y a quiénes tilda de “mafia médica”? –A la Organización Mundial de la Salud (OMS), a las multinacionales farmacéuticas que la financian, a los gobiernos obedientes, a hospitales y a médicos (muchos por ignorancia)... ¿Y qué hay detrás? ¡El dinero!

No escoge usted enemigos pequeños... –Lo sé, pero si me hubiera callado, hubiese enfermado y hoy estaría ya muerta.

¿Cuál ha sido su última enfermedad? –Hace dos días, ja, ja... ¡una diarrea!

Vaya: ¿qué reflejaba eso de su alma? –Oh, no sé, no lo he analizado... Me he limitado a no comer... ¡y ya me siento bien!

Pero se pasa mal, ¿eh...? –Ja, ja... Si la enfermedad te visita, ¡acógela, abrázala! ¡Haz la paz con ella! No salgas corriendo como loco en busca de un médico, de un salvador... Tu salvador vive dentro de ti. Tu salvador eres tú. ¡Dios esta en ti!